Se recomienda un plan de tratamiento global que incluya psicoterapia tanto individual como familiar, en donde deben valorarse los enfoques conductuales, interpersonales y cognitivos y, en algunos casos, los farmacológicos. En caso de ser necesario, se incluye el ingreso intrahospitalario para restaurar el estado nutricional del paciente: tratar la deshidratación, la desnutrición y el desequilibrio electrolítico.