Apnea del sueño

La apnea del sueño es un trastorno caracterizado por interrupciones breves de la respiración durante el dormir.

Las pausas respiratorias o "apneas" se repiten muchas veces a lo largo de la noche y casi siempre está presente el ronquido intenso entre una apnea y otra. Durante el cese de la respiración, el oxígeno sanguíneo disminuye y al recibir el cerebro esta señal, genera un despertar mediante el cual se reasume la respiración voluntaria. lo padecen.

Los repetidos despertares a lo largo de la noche son los causantes de la somnolencia excesiva durante el día. Otros síntomas frecuentes son dolor de cabeza y boca seca por la mañana, insomnio, irritabilidad, alteraciones en la concentración y memoria, disfunción sexual e hipertensión arterial.

Entre las personas mayores de 35 años, se estima que 4 de cada 100 hombres y 2 de cada 100 mujeres sufren apnea del sueño. Las personas con sobrepeso, hipertensión arterial o anormalidades físicas en la nariz y/o la faringe son las que se encuentran en mayor riesgo de padecer la enfermedad. A su vez, la apnea del sueño aumenta las probabilidades de padecer hipertensión arterial, enfermedades cardiopulmonares y cerebrovasculares.

El diagnóstico definitivo de apnea del sueño requiere de evaluación en una clínica o especialista en sueño donde es posible realizar algunos estudios como la polisomnografía nocturna. Esta prueba registra la actividad eléctrica cerebral, el flujo de aire respiratorio, los movimientos etc lo cual permite determinar la presencia de apnea y su severidad.

El tratamiento de la Apnea del Sueño debe incluir la atención de aspectos conductuales, como es el evitar el consumo de alcohol, tabaco y medicamentos para dormir. Las personas con sobrepeso se pueden beneficiar de una disminución en el mismo. Así también se recomienda dormir de lado e incluso utilizar aditamentos para evitar dormir “boca arriba”.

El tratamiento actual más efectivo es el uso de dispositivos de presión positiva continua para las vías aéreas (CPAP, por sus siglas en inglés), el cual consiste en un equipo que genera aire a presión, que el paciente respirará usando una mascarilla durante el tiempo que esté dormido. El aire a presión evita el cierre de la vía respiratoria.

Otros tratamientos alternativos son algunos dispositivos dentales y algunos tipos de cirugías. Estos se emplean cuando el CPAP ha fallado.